

Estuvimos esta mañana en la “apertura oficial” junto a medios locales, aunque las instalaciones están operativas desde diciembre, aún no se ha comunicado al gran público. Se han “mudado” desde la instalación que compartían con Toyota al borde de la SE-30 (Carretera Amarilla) desde 2004. Ahora se dedican en exclusiva al cliente Premium.
Las veces que he acudido a las instalaciones de la Carretera Amarilla como cliente, me llamó la atención que los clientes Lexus tenían para ellos una habitación pequeña y una zona de taller diferenciada por color. Hasta ahí, eran tratados como a un cliente de Toyota. Ahora han pasado al otro extremo.

De una sala de espera pequeña han pasado a una más amplia con TV, WiFi, prensa del día… como en un hotel. Hasta han habilitado una sala especial sin ventanas que se usará solo para hacer entregas, donde no entrará nadie hasta que el cliente desenvuelva su coche y le expliquen todos los cachivaches que tiene.
No he sido cliente de ninguna marca Premium así que en ese sentido no puedo comparar. Seguro que más de uno puede poner en comentarios cómo ha sido tratado en cualquier marca Premium, incluida también Lexus. ¿Y qué hay de la postventa?

De todo lo que no es cara al cliente, no parece haber mucha diferencia respecto a la postventa de Toyota, que he experimentado en varias instalaciones diferentes. Lástima que no incluyan la calculadora de mantenimiento, algo que sí está disponible para los clientes de Toyota, evita sustos antes de pasar las revisiones.
Una inversión valiente en un momento de crisis, donde lo normal es reducir inversión o cerrar instalaciones. Según reza la Web de Nimo Gordillo —los que llevan Toyota y Lexus en Sevilla— el año pasado facturaron cuatro millones de euros con Lexus y 22 millones con Toyota. No deja de ser un pastizal.
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