Ya está aquí. Tal y como esperábamos, Mercedes-Benz apuesta una vez más por el más grande de la gama SL, y esta nueva generación no se queda sin el esperadísimo Mercedes SL 65 AMG. Es muy caro, con muy buena imagen, y especialmente muy, muy rápido.
El SL 65 AMG nos demuestra que la firma alemana ha decidido no tirar lo toalla con el propulsor V12, manteniéndolo para esta ocasión y considerando este SL prácticamente una alternativa de cuatro cilindros más y un mercado diferente al SLS AMG Gullwing.
Bajo el capó, el Mercedes SL 65 AMG cuenta con un propulsor Twin Turbo de 6.0 litros y bloque V12. La potencia neta es de 630 caballos, muy superior a los 517 del SLS AMG. Por primera vez, la transmisión pasa a ser 7G-Tronic, evolucionando drásticamente en este aspecto frente al anterior SL 65 AMG. Suspensión mucho más deportiva, frenos de mayor tamaño y 170 kilos menos de peso que el anterior modelo.

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