
El propietario británico del Bugatti Veyron Grand Sport ‘Sang Blanc’ decidió cruzar el Canal de la Mancha para surcar las carreteras de Francia, entre viñedos de Borgoña y Chateaus del siglo pasado disfrutando de los más de 1.000 caballos que tenía bajo el pie derecho.
Pero por lo que podemos ver en las imágenes, el verano acabó antes de tiempo para él y para su Bugatti Veyron Grand Sport ‘Sang Blanc’ que tuvo que volver a casa montado en una grúa. Así se le vio por las carreteras del sur de Francia la semana pasada y así lo retrató el fotógrafo Rob Van Loock para Dolorpasión™.
Por suerte los daños en esta unidad única no parecen demasiado considerables, tan solo un poco de chapa y pintura para que vuelva a lucir un físico atlético y en plena forma. El propio coche parece estar guiñando el ojo a todo el que lo ve, como queriendo decir: “estoy dolido, pero me recuperaré para volver a ser el que era”. Seguro que así será.
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