No fue hasta Marzo de 2001 cuando en el transcurso del Salón de Fráncfort, Bugatti finalmente anunció la variante de producción del Veyron, y cuya producción arrancaría en el año 2003, equipado con un propulsor W16 y cuatro turbocompresores bajo una cilindrada de 7.993 cm3 y una potencia de 1.001 CV y un par máximo de 1.250 Nm.
La ambición puesta por parte de VW en el Veyron era muy elevada, hasta tal punto de que querían fabricar el coche más rápido del mundo. Y lo lograron: en el año 2007 logró el récord de velocidad máxima, al alcanzar los 407 km/h correspondientes al Veyron 16.4, aunque más tarde, fuera desplazado por el SSC Ultimate Aero, que a su vez, sería nuevamente desplazado por otras marcas y modelos -si bien, en Junio de 2010, Bugatti volvió a batir la marca con el Super Sport que alcanzaba los 431 km/h-.
Evidentemente, en muchos apartados técnicos supuso un gran dolor de cabeza para los ingenieros de Bugatti, especialmente en aspectos como aerodinámica, neumáticos y propulsor. Un derroche de tecnología sin parangón que le ha salido caro (de forma directa) al grupo VW, donde pierden 4,65 millones de euros por cada unidad vendida, aún tratándose de uno de los modelos de coches más caros para adquirir nuevos. Lo que es indudable, es que ha sido un punto de inflexión dentro del mundo del automóvil, y un escaparate tecnológico dentro de VAG, donde han podido demostrar con creces sus capacidades a nivel de ingeniería con su joya de la corona.
Los tests por ordenador anuncian una velocidad máxima de 460 km/h
Bugatti se encuentra actualmente inmersa en el desarrollo de su cuesor, que continuará empleando el complejo W16 de 8 litros pero evolucionado y que veremos en el año 2016 o incluso finales de 2015. Tal y como se venía especulando, se apoyará en un propulsor eléctrico y el conjunto estará comandado por una caja de cambios automática de doble embrague y siete velocidades, además de un sistema de tracción integral multi-embrague. ¿La potencia estimada? En torno a los 1.500 CV. Su W16 recibirá numerosas mejoras, como la inyección directa reemplazando a la actual inyección multipunto, todo con el objetivo de poder cumplir con la nueva normativa de emisiones Euro 6, algo que implicará también una reducción de consumo y emisiones. Su par máximo también se verá incrementado hasta los 1.490 Nm, si bien, esa cifra de par aprovecha todo el potencial de su motor, ya que estará limitada para asegurar la fiabilidad de la caja de cambios.Se espera también que la estructura monocasco esté fabricada en fibra de carbono, y esperan que su peso baje de la barrera de los 1.840 kg marcados por el Veyron Super Sport, aún con la inclusión del sistema híbrido. Por el momento se han producido cinco prototipos que están rodando para hacer las pruebas de desarrollo pertinentes (alguno de ellos lo hemos podido ver en Nürburgring), y como curiosidad, existen diferencias mecánicas entre ellos -especialmente, en el sistema de transmisión-, ya que aún se encuentran probando diferentes combinaciones para optar por la que mayores ventajas y fiabilidad ofrezca tanto sobre papel como en uso extremo.
De acuerdo a las simulaciones realizadas por ordenador, se espera que realice el 0-100 km/h en torno a los 2.3 segundos, mientras que por su parte, la velocidad máxima se situaría en torno a los 460 km/h, siendo el principal problema para alcanzar dicha velocidad desarrollar unos neumáticos adecuados capaces de aguantar dicha velocidad, además de por supuesto, la aerodinámica. Parece claro, por tanto, que desde Bugatti quieren volver a poner el puño sobre la mesa, superando a los 450 Km/h de velocidad máxima que es capaz de alcanzar el Koenigsegg One-1. Aunque teniendo en cuenta que se acaba de presentar el Hennessey Venom F5 que alcanza los 467 km/h ¿lograrán superarlo?
Vía: Autocar
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