Como recordarás, hace unas semanas estuvimos hablando sobre cierto suceso ocurrido en el puerto de New Jersey por el cual y tras el paso de una tormenta de arena provocada por el huracán Sandy nada menos que 16 Fisker Karma
completamente nuevos y listos para ser entregados a sus futuros
propietarios acabaron ardiendo y siendo pasto de las llamas, suceso que
desde Fisker se aclaró que iba a ser investigado para encontrar una
posible solución al mismo y que no volverá a ocurrir.
Después de una ardua investigación realizada conjuntamente entre
ingenieros de Fisker y personal de la NHTSA se ha determinado que los
vehículos acabaron pasto de las llamas como resultado de que los coches
estuvieron sumergidos bajo el agua del mar a unos 2 o 3 metros durante varias horas.
Como consecuencia uno de los Karma que allí reposaban plácidamente
recibió daños en cierta unidad de control eléctrico, una unidad común en
todos los vehículos, no solo los eléctricos. Esta corrosión finalmente
ocasionó un cortocircuito justo cuando el agua
comenzaba a descender, un triste evento que finalmente ocasionó el
terrible incendio. Como gota que colma el vaso tenemos un fuerte viento
que finalmente ocasión que el incendio se propagase hacia los Fisker
Karma que estaban en su alrededor
Con estos datos en la mano queda muy claro que no hubo ningún tipo de
explosión tal y como se comentó ni que uno de los causantes fuesen las
baterías de iones de litio que monta este modelo, algo que ha sido
descartado gracias a la investigación.
Vía: motorauthority
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