Son las cosas del mundo globalizado. Las marcas Premium británicas, Jaguar y Land Rover,
son propiedad de Tata, de la India. Para poder vender en China sin
aranceles de importación, han de fabricar localmente, y para eso es
obligatorio firmar una alianza con un constructor chino.
Jaguar y Land Rover han firmado un memorándum de entendimiento con Chery, uno de los fabricantes chinos más importantes. Es la última bajada de pantalones de la industria occidental, en la que no pueden tener más del 50% de la joint-venture resultante, y tienen que aportar I+D a Chery… todo por acceder al jugosísimo pastel chino.
Como ya os hemos contado en más de una ocasión, el mercado chino es el más gordo del mundo. Aunque la demanda en general se está empezando a tranquilizar
(subía dos dígitos porcentualmente, año tras año) en el segmento
Premium aún se puede apretar a la gallina de los huevos de oro un poco
más.
Este acuerdo está pendiente de aprobación por las autoridades chinas.
El acuerdo está valorado en 17.500 millones de yuanes, que al cambio
son ~2.090,96 millones de euros. Aunque sea aprobado mañana mismo, los
efectos tardarán meses en materializarse, y eso siendo muy optimista.
¿Afectará eso a las plantas británicas? No lo creo.
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