
A esta conclusión se llega de un modo curioso y es que los coches híbridos pesan en torno al 10% más que los coches convencionales. Esta masa añadida les da algo de ventaja en un accidente y en igualdad de condiciones. Existen otros factores, aunque menos claros, como la el estilo de conducción, el tiempo y las personas que conducen un híbrido.
Por otro lado, estos vehículos tienen un 20% más de probabilidad de verse involucrados en accidentes que afecten directamente a peatones. La razón es obvia: cuando circulan en modo eléctrico, los peatones simplemente no se percatan de la presencia de un vehículo en circulación y sumando el despiste y falta de prudencia por no mirar al cruzar se producen los incidentes.
Toyota y Lexus ya están trabajando en dispositivos que emitan sonido de motor para los coches que circulen en modo eléctrico, tratando de evitar situaciones incómodas.
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